Semana 4: “Aprovechando el Espíritu Santo”
Oscar Pitán, Guatemala
Día 1: Prefacio
El Espíritu Santo es importante para cada uno de nosotros, Él es quien nos otorga el poder para vencer el pecado y testificar de Cristo, nos capacita para ser instrumentos útiles de edificación para la iglesia; también nos consuela en este mundo lleno de tribulaciones por causa del pecado.
El Espíritu Santo ha obrado desde antes de la creación del mundo (es eterno al igual que el Padre y el Hijo). El libro de Génesis nos lo presenta moviéndose sobre la faz de las aguas, en Éxodo lo vemos proveyendo sabiduría, conocimiento e incluso arte a quienes desarrollaron el Tabernáculo; fue Él quien capacitó a los Jueces para liberar al pueblo de Israel de la opresión de los enemigos; Él mismo descendía sobre quienes eran seleccionados por Dios para gobernar a su pueblo. De acuerdo con el apóstol Pedro, fue el Espíritu quien utilizó a los profetas para anunciar todo acerca de Cristo.
En el Nuevo Testamento toma más protagonismo la labor activa del Espíritu Santo; desciende sobre Jesús al inicio de su ministerio y le resucita de la tumba al final de este; es el Consolador prometido por Cristo andes de ascender al cielo; es Él quien capacita a los apóstoles para ser testigos de Cristo. El libro de Hechos dedica su entero contenido a mostrar la labor del Espíritu Santo en la iglesia; las cartas apostólicas resaltan su labor activa en la renovación del creyente, en los dones que les concede para el servicio en el cuerpo de Cristo, en la esperanza y la promesa de la herencia eterna, además de su labor intercesora.
Ahora que has obedecido al Evangelio, el Espíritu Santo vive en ti y desea obrar activamente en tu vida de la misma manera en la que actuó en los hombres de la Biblia y en la vida de Jesús, también desea actuar en ti, ¿le permitirás actuar? Durante este tiempo estudiaremos juntos Romanos 8:1-27 con el propósito de ver la obra activa que la persona del Espíritu Santo desarrolla en nuestras vidas.