Semana 8: “Dando Testimonio”
David López, Bucaramanga, Colombia
Día 2: “Visión del autor”
Quiero invitarte a que leas nuevamente Hechos 4:1-31; pero ¡espera!, antes de que lo hagas, tómate un momento para orar y pedir a Dios que te ayude a encontrar nuevas perlas en este pasaje, y que mediante esta lectura puedas tener una mejor percepción de lo que Dios quiere hacer en tu vida y en la de los que te rodean.
El libro de Hechos fue escrito por Lucas, quien también escribió el Evangelio que lleva su nombre. Lucas redactó su Evangelio porque quería relatar “todo lo que Jesús comenzó a hacer y enseñar” (Hch. 1:1). De esta manera, narra en su Evangelio la actividad redentora de Jesús, la forma en que vino a este mundo a dar vista a los ciegos, proclamar libertad a los oprimidos, a anunciar el año agradable del Señor. Pero Lucas no quiso limitar su relato exclusivamente a esto, sino que por medio del libro de los Hechos nos narra cómo la Iglesia comenzó a proclamar y confirmar la redención que Jesús había venido a compartir.
Luego de la resurrección, Jesús prometió que el Espíritu Santo descendería con poder sobre sus discípulos (1:8); vemos el cumplimiento de esto en el capítulo 2. Una vez que estos seguidores de Jesús recibieron el Espíritu Santo sucedió algo maravilloso. Pedro se puso de pie en medio de una gran multitud de personas y proclamó por primera vez el Evangelio de salvación; enseñó que los milagros y señales que Jesús había hecho confirmaban que él era el enviado de Dios. Y que, a pesar de que murió en la cruz, había resucitado y Dios lo había hecho Señor y Mesías. La predicación de Pedro estuvo cargada del poder del Espíritu Santo, tanto “que en ese día se bautizaron cerca de tres mil personas” (Hch. 2:14-41).
Las personas que se bautizaron formaron una comunidad que se caracterizaba por el amor, la comunión, la compasión, generosidad y la unánime adoración a Dios. Además, comenzaron a proclamar de manera activa todo lo que Jesús había hecho y lo que seguía haciendo por medio de esa comunidad que acababa de nacer, es decir, la Iglesia.
Muchas señales y maravillas sucedían Mientras ellos proclamaban las Buenas Nuevas de salvación. En el capítulo 3 Pedro y Juan sanaron a un hombre que no podía caminar, posteriormente continuaron con la predicación sobre la resurrección de los muertos; estas fueron las dos razones por las que en el capítulo 4 leemos que ellos fueron detenidos por los líderes de la ciudad. Y aunque a Pedro y a Juan les prohibieron que siguieran hablando de Jesús, ni ellos ni ningún de los otros seguidores de Jesús se detuvieron.
En los capítulos siguientes vemos que la proclamación del nombre de Jesús continúa adelante. En el capítulo 5 Lucas nos narra que muchos milagros seguían sucediendo; como resultado, el número de los que creían en Jesús se incrementaba. No obstante, también lo hacía la oposición a la predicación del nombre de Jesús, así que Los apóstoles volvieron a ser encarcelados porque no acataron la orden que se les dio de dejar de predicar el nombre de Jesús de Nazaret.
Posteriormente, en el capítulo 6 arrestan a Esteban, otro discípulo de Jesús. Luego de ser llevado ante las autoridades, en el capítulo 7, pronunció un discurso que resume la historia de Israel, de la salvación y todo lo que sucedió hasta que Jesús murió y resucitó para traer el perdón de los pecados a la raza humana. Lamentablemente, Esteban fue condenado a muerte, por lo que después de esto muchos de los discípulos fueron esparcidos por Judea y Samaria. Pero mientras huían de aquellos que los querían asesinar iban por todas las ciudades proclamando el mensaje de salvación. El libro de los Hechos está lleno de historias similares de hombres y mujeres que, a pesar de las dificultades, amenazas y peligros, siempre estuvieron dispuestos a compartir con el mundo entero la Buena Nueva de que Jesús había venido a este mundo.
Entre ayer y hoy hemos visto que a lo largo de toda la historia Dios ha estado haciendo realidad la promesa que le hizo a Abraham de que por medio de su descendencia serían bendecidas todas las familias de la tierra. Esta promesa se ha cumplido en toda su plenitud a través de Jesús; Dios ha querido que esta buena noticia sea compartida en todo el mundo; para hacerlo realidad ha invitado al ser humano a ser parte de esta maravillosa tarea.
Preguntas para reflexionar:
¿Cómo crees que encajas en todo este lienzo que Dios ha estado pintando a lo largo de la historia?
¿Cuáles crees que son algunas formas en las que puedes dar testimonio de lo que Jesús ha hecho en tu vida?